La sopa-crema de guisantes con menta es un plato que combina sabores frescos, ligeros y reconfortantes en cada cucharada. Este delicioso platillo es perfecto para esos días fríos, pero también es ideal para cualquier momento en el que se desee disfrutar de una comida ligera, pero sabrosa. La combinación del dulzor de los guisantes con la frescura de la menta crea una armonía de sabores que no dejará indiferente a ninguno de tus comensales.
Si alguna vez te has sentido intimidado por la idea de hacer una sopa cremosa desde cero, no te preocupes, esta receta es muy sencilla y no requiere de ingredientes complicados. Además, es una receta versátil que puede ser ajustada a tus preferencias personales, ya sea incorporando un toque de crema o buscando una opción más ligera. En este artículo te guiaremos paso a paso para que puedas preparar esta maravillosa sopa y disfrutarla en la comodidad de tu hogar.
Los ingredientes necesarios para preparar esta sopa son sencillos y fáciles de encontrar en cualquier mercado o supermercado. A continuación, te indicamos los ingredientes básicos para hacer una sopa-crema de guisantes con menta para 4 personas.
A continuación, te guiamos en el proceso paso a paso para hacer una sopa-crema de guisantes con menta. Con estos sencillos pasos, podrás disfrutar de una sopa cremosa y llena de sabor.
Lo primero que debes hacer es asegurarte de tener todos los ingredientes listos. Si estás utilizando guisantes frescos, asegúrate de pelarlos y de retirarlos de sus vainas. Si los guisantes son congelados, no es necesario descongelarlos previamente, solo colócalos directamente en la olla cuando llegue el momento.
La cebolla debe ser picada finamente para que se cocine de manera uniforme y libere su sabor dulce al ser sofrita. El ajo debe ser triturado, para que libere su fragancia y sabor sin ser demasiado dominante.
En una olla grande, añade las tres cucharadas de aceite de oliva y caliéntalo a fuego medio. Una vez que el aceite esté caliente, agrega la cebolla picada. Cocina la cebolla hasta que esté transparente y suave, lo que suele tardar entre 5 y 7 minutos. La cebolla debe ablandarse y volverse ligeramente dorada, pero sin quemarse.
A continuación, añade el ajo triturado a la olla y revuelve bien. Cocina por unos 30 segundos más para que el ajo libere su fragancia, pero asegúrate de que no se queme, ya que el ajo quemado puede tener un sabor amargo.
Ahora que la cebolla y el ajo están listos, es el momento de añadir los guisantes a la olla. Si estás usando guisantes frescos, agréguelos directamente a la mezcla. Si son congelados, simplemente agrégales a la olla sin descongelarlos.
Revuelve bien para que los guisantes se mezclen con la cebolla y el ajo, y cocínalos durante unos 2-3 minutos. El objetivo es que los guisantes se calienten y adquieran un ligero sabor del sofrito.
Una vez que los guisantes estén ligeramente cocidos, añade el caldo de verduras caliente a la olla. Asegúrate de que el caldo esté lo suficientemente caliente para mantener la temperatura constante en la sopa. Si prefieres un sabor más profundo, puedes usar caldo casero, pero un caldo de verduras comercial también es una excelente opción.
Lleva la mezcla a ebullición y luego reduce el fuego para que hierva a fuego lento. Cocina durante unos 10-12 minutos, o hasta que los guisantes estén completamente tiernos. Si los guisantes son frescos, el tiempo de cocción puede ser un poco más corto que si son congelados.
Una vez que los guisantes estén cocidos, retira la olla del fuego y añade las hojas de menta fresca. La menta debe ser incorporada en este punto, para que se liberen sus aceites esenciales sin perder su frescura.
Usa una licuadora de mano o una licuadora convencional para triturar la sopa hasta obtener una textura suave y cremosa. Si no tienes una licuadora, también puedes usar un procesador de alimentos, aunque en ese caso puede que necesites hacerlo por partes. Asegúrate de que no queden trozos grandes de guisantes, ya que la textura cremosa es uno de los aspectos clave de esta sopa.
Si prefieres una sopa más líquida, puedes añadir más caldo de verduras hasta conseguir la consistencia que más te guste. Para una textura aún más cremosa, puedes agregar un poco de crema para cocinar, mezclando bien hasta obtener una sopa suave y rica.
Es el momento de probar la sopa y ajustar la sazón. Añade sal y pimienta negra recién molida al gusto. Si te gusta un toque de frescura, también puedes añadir unas gotas de limón al final, lo cual resalta los sabores de los guisantes y la menta.
Sirve la sopa caliente en tazones individuales. Para darle un toque más elegante, decora cada tazón con un chorrito de crema por encima y unas hojas de menta fresca. La presentación también es importante, y un pequeño toque de menta agregará un color vibrante a tu plato, haciendo que se vea aún más apetitoso.
Aunque esta receta de sopa-crema de guisantes con menta es deliciosa tal como está, siempre puedes darle un toque personal. Aquí te ofrecemos algunas sugerencias para personalizarla a tu gusto:
La sopa-crema de guisantes con menta es una opción maravillosa para cualquier ocasión. Ya sea que estés buscando una receta rápida y fácil para una comida ligera entre semana o un plato sofisticado para una cena especial, esta sopa es siempre una elección acertada. Su sabor fresco y su textura cremosa la convierten en un plato reconfortante, mientras que la menta le da un toque único que sorprenderá a tus invitados.
Además, es una receta que puedes preparar con antelación y recalentar fácilmente, lo que la hace aún más conveniente. Así que, si buscas una opción deliciosa y sencilla para cualquier ocasión, no dudes en probar esta sopa-crema de guisantes con menta. ¡Te aseguramos que será todo un éxito!
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